jueves, 28 de febrero de 2008

Mesón Ourense

Debido a que nuestros progenitores se ausentaron en otro de sus compromisos vacacionales de este 2008, tuvimos que acudir al mesón Ourense. Ya el día anterior, nuestro capitán, frió unas patatas y unas pechugas de pollo, previamente rebozadas en harina, huevo y pan rallado, en ese orden, y nos las sirvió junto con una ensalada relativamente completa.
Sin embargo, debido a la apretada agenda de este nuestro capitán, hoy nos tuvimos que buscar la vida y ahí fuimos a parar, al Mesón Ourense, allí coincidimos con compañeros de fatigas, no del gremio, pero en definitiva obreros como nosotros.
Los tres coincidimos en el primer plato, una tosta de jamón, tomate y aceite, exquisita la verdad, inversamente proporcional a su presentación (si la monja Bernarda la hubiese visto, ella misma hubiera maldito sobre la tosta!!) y en el segundo plato tutunas y su "colega" tomaron churrasco, quien lo diría de tutunas, vegetariana donde las haya, proverdura, anticarne y aquí la menda, dejándose llevar por el poder de convicción del camarero, un guiso de calamares con garbanzos. La fórmula de la proporcionalidad no fue tan evidente en este caso, ya que el plato era escaso en apetencia y su sabor, no desagradable desde luego, pero tampoco muy sabroso.
De postre tutunas y yo tomamos tarta de queso y el "colega" de tutunas, digo colega porque no sé como se llama, se deleitó con unas natillas, que no yayitas, las cuales no probé pero tenían una pinta estupenda. La tarta a tutunas le gustó mucho, ni una migaja dejó en el plato, la verdad estaba rica pero quizás la mermelada sabía demasiado a gelatina de fresa para mi exquisito paladar.
No tomamos café o infusiones y abonamos nuestra deuda, sin pedir factura puesto que nuestro capitán no desgrava, que si no recuerdo mal ascendió a 23,70 €.
En general estuvo bien, la relación calidad-precio es correcta y afirmo que repetiría sin dudarlo, pero en esa nueva ocasión le recordaría a tutunas que llevase dinero puesto que alegando que sólo tenía 5 euros no puso ni una moneda en la mesa y por encima le exigió a su colega una gratificación para el atento camarero, que este rechazó sin dudarlo ya que, los sueldos del capitán rozan el límite de la ilegalidad.